jueves, 12 de abril de 2012

Sentado en el muelle...


El viento chocaba contra los pliegues de su ropa...
 jugaba con su pelo. Nunca lo tuvo muy crecido, pero en aquel momento le gustaba la sensación de estar algo mas escondido, entre esa maraña arremolinada.
De todas maneras eso no importaba, ni nada importaba. La vida simplemente ya no era la misma.
 
 
Se encontró de nuevo solo allí, sentado en el muelle, mientras el agua se movía tranquilamente unos pocos metros más abajo...
 
 
Su cara era pálida y con un temple serio. Sus labios finos estaban completamente cerrados…
ni una sola palabra. Y… un silencio incomodo en su cabeza.

El viento salvaje parecía querer reanimarlo, aumentaba su velocidad por momentos, lo quería zamarrear de un lado a otro... pero una vez más, el intento era inútil.
Él no estaba en realidad en aquel sitio, él no estaba en ninguna parte. Sólo silencio.

Si alguien viera esa tragedia...
no el hecho de percibir a alguien mal sentado allí, intentando estar tranquilo.
Si viera la lucha de la vida, de la naturaleza queriendo hacer sentir algo a aquel cuerpo.
Como una niña inocente intentando que su hermano tirado en el suelo reaccione. Pero nada va a pasar. Su hermano, estaba muerto.
Ella sin embargo le hablaba como si no lo estuviese, jamás entendería en ese momento que ya era tarde, que sus pequeños quejidos tirados al espacio vacío no serían decodificados. El eco de su voz quedará vibrando en aquel sitio esperando a que su hermano lo escuche. Perdido en el tiempo, sellado en la memoria.


El tiempo, el tiempo era diferente. El reloj marchaba más lento, respetando su dolor.
Nada era capaz de romper el silencio interno... pero desde el exterior el efecto era constante. Las maderas chillaban, como si el lugar fuera una silla mecedora y la viejita nunca se iría...

En los alrededores se podía ver el contraste de las diferencias con la escena...

Un perro abandonado buscaba comida. Lo que trasmitía su gesto no era lástima, ni tristeza, sino que una normalidad un tanto emparentada con la cotidianidad.

En la vereda un chiquito corría de la mano con su madre...

-"vamos que ya se viene la tormenta"- dijo dulcemente,
parecían divertidos de la aventura de correr...

Las calles desoladas. Donde estaba la vida?.. tal vez, en aquella hoja de otoño revoloteando por ahí.

Sin embargo aparecía un pajaro que se resguardaba en un árbol y llegaba a su nido junto con sus pichones y amigos.

Una pareja en el tercer piso de un departamento cercano, estaba discutiendo por idioteces, incrementando su intensidad. Las palabras eran mudas detrás de las ventanas.


El pequeño parquecito para niños estaba dormido, ya había pasado un tiempo desde que el último niño jugara con él. La arena estaba lisa y limpia. Los dos caballitos en su eterna pose esperando a que alguien se suba sobre su lomo otra vez. Las hamacas, los sube y baja, el tobogán y la rueda giratoria, reflejando una tristeza extraña. 
Tal vez nadie vuelva nunca más.

Y él simplemente allí sentado. Totalmente abstraído de todo, como si jamás le importara que aquella tormenta apareciera.

Pero en el inmenso "sin sentido", al fin hubo algo... una reacción, un movimiento...
El suspiro se junto con el viento, se disolvieron formando uno volando por el espacio.

Los ojos volvían a mirar... él fue consciente de su ensueño, aquel que no era capaz de controlar. Se pensó en cualquier momento, sólo perdido entre sus ideas y... lo lamentable de su propia imagen al verse lo desanimaba aun más. Su campera de cuero se volvió fria. 
Él, se encontraba en algún lugar…
no en aquel muelle, no en un país, no en una ciudad o barrio, no allí sentando... Él se sentía adentro, adentro de sí.
Pero estaba tan débil y con tanto dolor...

Hizo el ejercicio de recordarse, de recordar su rostro, y paso una mano por sobre la superficie de su cara. La textura de su piel, las imperfecciones, el tamaño de cada facción. Quién era? el aun no se conocía...

El momento era difícil, pero el debía seguir. El impulso de las ráfagas de viento no lo ayudaba, así que aspiro el aire con potencia. Intentado que se desborde de sus pulmones y lo empape a su verdadero yo, en algún lugar, adentro.
Si bien el esfuerzo por ayudarse no era suficiente, al menos era algo.
Se dio cuenta que debía alentarse...
mientras la energía caía en la frustración mas inmensa... sabía que debía luchar contra la muerte, la muerte en vida..

"vamos... Vamos".. se quejo tristemente, tímidamente, sufridamente.

Al menos con aquel cuerpo, si bien no era realmente él mismo, aun podía ayudarlo de alguna manera.

"aun estas vivo.."
las palabras se perdieron arrastradas por el viento...

y de sus labios se asomo una sincera sonrisa mientras el asombro hacia nacer una nueva idea dentro de su cabeza...




 

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