jueves, 30 de octubre de 2014

Desgajos del misterio...



No sabría bien por que pero ese día era ideal para estar con mi amiga.
La tarde se había precipitado como si ese sábado se quisiera perder rápido en el olvido. Si hay algo que se me venga a la mente al instante sobre esas horas de sol, era la belleza de algunos pájaros volando vigorosos sobre el barrio tranquilo, hasta caer en los arboles distribuidos agradecidamente por las inmediaciones.Y los rayos atravesando las ramas enmarañadas.

Curiosamente la noche despertó con una luna brillante buceando en un mar de estrellas, y el aroma de los arboles y sus hojas se dispersaba con el viento.
Me sentí un poco mal al principio porque no había podido arreglar nada con mis otros amigos, sin embargo tuve la posibilidad de hacer algo divertido.

Quizás los dos estábamos demasiado animados con toda la predisposición, ya que el camino de ida hasta llegar al lugar planeado se hizo cuanto menos super agradable. Flotaba magia en el aire y eso solo era posible si una extensión bastante importante de mi entorno se encontraba bien. 

Bromeábamos y hablábamos naturalmente notándose la comodidad que sentíamos los dos. Aguardando algo puesto adelante de nuestro camino, algo que iba a suceder, semejante a unos niños apunto de cumplir años, o aguardando impacientemente la navidad.

El destino me era muy conocido, el pequeño cine del barrio. Pasaba casi todos los días de la semana por allí. Sin embargo nunca había ido particularmente a ver ninguna película. Generalmente nos juntábamos en el shopping algo más grande, además no era por nada, pero Maicin Cinema era solitario, ideal para las parejas de turno que ingresaban para aprovechar su intimidad.
A mi amiga y a mi no nos importo.

Si algo faltaba esa noche fue el componente extraño de la recepción y las ventanillas para sacar entradas.

Las ventanas estaban manchadas y no parecía haber nadie. En un rincón apartado del resto encontramos una ventanilla más. Era una cabina de menos tamaño que el resto, podía estar dentro una sola persona únicamente, aunque el espacio no resultaría demasiado reducido como para que la misma se sintiera privada de movilidad.

Lo que sucedió fue que sentimos una enorme curiosidad. Era evidente que el lugar se encontraba cerrado, no se escuchaba ningún murmullo, ningún sonido de alguna película rodando. 

Adelantándome en mi iniciativa me predispuse a echar una mira a través de la polarizada ventanilla. Ni el menor indicio de nadie. Nunca había visto que una cabina de esas en donde se venden entradas tenga una ventanilla tan oscura, creí que se debía a un sistema de tapado para impedir mirar en su interior. Esa razón estúpida era lo primero que se me ocurrió para dar con la solución a esa rareza. Pero los dos nos quedamos helados cuando del interior se percibió apenas un movimiento, como si algo dentro de despertara normalmente y nuestras mentes hayan tardado tanto en reaccionar que se encontraron con un impacto mayor al que hubiésemos tenido si no estábamos tan despistados.

La forma humana pareció acomodarse y con su voz clara dijo:
- Hola, son veinte pesos - como si fuese una frase que la haya dicho tantas veces que un tono característico la desenvolvía...
Era la primera vez escuchando a esa persona evidentemente, aunque esa sensación me daba, tal como si se pronunciara una frase practicada.
Nosotros confundidos nos preguntamos que películas estarían dando... así que me apresure a responder simplemente:
-Que están dando esta noche?-
-Solo estamos dando "Entre sus murmullos"- y agrego 
-Es la última función-
No nos extraño. Eran las 10. Siendo un lugar como ese era normal que no tuvieran trasnoche.

Teníamos esa una oportunidad y no queríamos desperdiciar el momento, así que aceptamos la propuesta.

Pensé que era un buen momento para hacer un buen gesto y pague por los dos acercando el dinero a un orificio pequeño. Al instante desapareció el papel verde con un movimiento tan rápido como sutil. No pude ver sus manos. 

Las entradas que nos dieron a cambio nos parecieron anticuadas, viejas por decirlo de alguna manera entendible. Estaban sucias y el papel acartonado era amarillento y arrugado. Debían de ser así para dar la sensación de antiguo.
-Apuesto a que es de terror-Largue con una mirada que intento expresar aires de misterio.

Antes de empezar el pasillo no pude evitar dar un vistazo a mis espaldas, simplemente fue un impulso, algo en aquella persona que nos había vendido las entradas me daba escalofríos.

Tal vez fue mi imaginación, podría jurar sentir a esa persona aun sentada en la misma posición casi como si estuviera esperando mas gente, viendo seguro mas claro que nosotros a través de esos oscuros cristales.

La luz era tenue ayudando a ambientar el lugar en un suspenso desesperante, supimos cuando entramos que eramos los únicos.

Seria muy difícil explicar la emoción que sentía, mi corazón latía a mil, mi amiga estaba espectacuralmente mas linda que nunca. Algo parecía hacer vibrar el aire.

Se escucho una serie de sonidos, algo se encastraba en el fondo a lo alto, y un aparato parecía prepararse para ponerse en funcionamiento.

El leve sonido de la cinca rodando nos sumergió en las primeras imágenes camuflándose perfectamente con las sombras. La pantalla estaba en negro.
A continuación percibimos el ruido de un anciano quejándose y golpeando algo. Lo que quisiera que hizo resulto ya que finalmente la película comenzó.

Los primeros minutos mostraban a una chica de risa fácil estando con sus amigas. Luego cuando estas se fueron, su mirada cambio dramáticamente perfectamente uno podía darse cuenta que estaba ocultando su estado, posaba aquellos ojos haciendo un pozo en el suelo con una tristeza sin igual. Levanto su frente y lo vio a él y lo siguió con su mirada hasta que aquel muchacho se perdió en el tumulto de gente en la escuela.

En ese momento aun teniendo mi mirada puesta en la pantalla realmente deje de prestarle atención, y note como mi amiga casi disimuladamente me miraba.
Seguramente no se dio cuenta que yo lo estaba notando.

Lo que menos puedo explicar fue el impulso de mirar en ese instante sus ojos...
Así que voltee mi mirada y nos encontramos ahí... asustados por eso.
Los pensamientos comenzaban a acudir... debía decir algo?
pero antes de siquiera completar alguna idea, hubo un "click" y la película se freno.

El silencio volvió a inundar la sala. La oscuridad se intensifico, sin embargo se podía ver un poco por las luces tenues puestas aquí y allá.

Nos quedamos esperando a que arreglen el error, unos diez minutos mientras hablábamos intentando alejar el tema de nuestras miradas chocándose, intentando adivinar las cosas que sucederían en el film.

Después de unos quince minutos yo me irrite y dije con voz alta para que alguien en el fondo donde controlaban los aparatos me pudiera escuchar:
-Queremos ver la película ya nos estamos yendo- Quise obligarlos a que lo corrigieran de inmediato.
No hubo ni el mas mínimo sonido.

Nos extrañamos muchísimo los dos. La situación estaba tensa y decidimos largarnos de ahi aun mas enojados que asustados.
Cuando cruzamos nuevamente el pasillo largo nos encontramos con las luces mas apagadas que antes y eso ya no era ninguna buena señal.
-Creo que se fueron le dije - a mi amiga en un susurro.- 
Nuestras manos se mantenían unidas y así salimos demasiado atentos y asustados.

Aun hoy en día ese cine se encuentra abandonado. Posiblemente hayamos sido sus últimos clientes.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario