martes, 18 de agosto de 2015


Cada vez me cuesta más escribir. No tengo ideas claras aunque de hecho tampoco se me ocurren cosas interesantes como para andar compartiéndolo.
Me veo envuelto en frustración constante, en un vacío de voluntad en donde la única acción podría ser traducida en silencio. Eso es lo que siento en este momento, solo el más puro silencio.
Nada que decir, nada que pensar. 
Tampoco es que tenga desesperación, ni siquiera bronca o ganas de llorar. Y sobre todo, esto ya no es trágico.
Como explicar?.. las palabras se detienen, el impulso quiere salir pero es trabado por miles de cosas más fuertes, y la sentencia de no poder trascender.
Desde cuando un suspiro contiene todas las formas de dolor?
No se trata de esperar la salvación, algo que rompa con la cruel agonía de un ser invisible.
Que pensar? de que forma pensarlo..?
todo se vuelve tan confuso.
Y vuelvo al momento en donde nada de esto que hay ahora existía y yo era otro. Caminaba por la noche. La luz se había cortado en el lugar. Estaba caminando con alguien al lado.
No entendía en ese momento como se podía seguir creyendo pero lo hacía. Al fin estaba sintiendo algo interesante. No encuentro como referirme a eso más que mencionarlo como magia. 
La intensidad es lo que demuestra que no es mentira.
O me encuentro de repente sentado en el pasto, cerca a un árbol de una plaza.
O estando en la fiesta de una amiga que ya no es amiga.
Extraño tanto pero no hay forma de cura. Es una herida en la voluntad. Es sentirse demasiado poco. Es solo silencio

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