viernes, 8 de septiembre de 2017

Etimología del Caos...





La palabra caos viene del griego Χάος (khaos), palabra que en origen designa a un abismo oscuro, “espacio que se abre”, o “hendidura” y procede del verbo χάω. En las cosmogonías y la filosofía griega significa “masa de materia sin forma”. En la mitología griega, Caos era un abismo desordenado y tenebroso que existía antes de la creación del mundo, antes de la existencia de incluso otros dioses y fuerzas elementales, es decir el estado primero del cosmos. Era una divinidad sin culto ni personalidad. Caos creó a Nyx y Erebo: Nyx era la diosa primogénita de la Noche y Erebo el dios primogénito de las tinieblas.
La palabra griega Χάος se asocia con una raíz indoeuropea “gheu” χάω (bostezar, estar abierto, ‘abrirse una herida’ o ‘abrirse de una caverna’) que también estaría presente en la palabra gas.
En el siglo V a. C.  se lo identificó con el aire, adquiriendo solo tardíamente el sentido de «confusión elemental», con Ovidio (Metamorfosis I, 7: «rudis indigestaque moles»).​ La palabra Caos en griego no tiene género, pero cuando esta entidad es representada como una deidad se la considera de género femenino.

Según la Teogonía de Hesíodo, Caos fue lo primero que existió, y luego enumera otras figuras cosmogónicas elementales como Gea (la Tierra), Tártaro y Eros (v. 116ss). Considerar a estas deidades elementales como hijos de Caos es un punto conflictivo, ya que Hesíodo jamás dice de forma explícita que fueran engendrados por aquel. No obstante, muchos expertos lo dan por supuesto al considerar que, al ser Caos la única entidad existente originalmente, las deidades posteriores necesariamente debieron surgir de él. Nix (la Noche) y Érebo sí son referidos de forma explícita como hijos de Caos (v. 124), siendo Éter y Hemera (el Día) sus nietos (v. 125-6).
Nyx, Erebo y Gea, que son las primeras deidades, no creadas por Caos, que no es ningún dios creador, sino emanadas directamente de la materia o sustancia de Caos en la cosmogonía hisiódica, y por eso son los primeramente nacidos o generados, antes de toda generación sexuada de la serie de deidades griegas. Es por eso que técnicamente se les llama los primigenios.



Una importante tradición filológica considera que Caos es la hendidura o resquicio situado entre el cielo y la tierra. Hesíodo relata en la Titanomaquia que Zeus, al lanzar el rayo a los Titanes, hace estremecer a Caos (v. 700), y compara este hecho con el acercamiento entre Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra). Este pasaje, sumado al valor semántico de la palabra Χάος, hace admisible la interpretación de Francis Macdonald Cornford, según la cual las palabras del verso 116 (Χάος γένετ᾽) deben traducirse como ‘surgió el resquicio entre la tierra y el cielo’. Geoffrey Stephen Kirk y John Earle Raven refuerzan esta interpretación, y si bien tienen en cuenta la dificultad de que en la fuente Urano derive de Gea en un estadio posterior de la cosmogonía, piensan que lo que Hesíodo quiso decir es que al principio había un todo informe, que el cielo y la tierra formaban una masa indiferenciada y en el principio relatado se separaron: lo primero es esta separación, que luego se reduplica figurativamente en el nacimiento de Urano a partir de Gea y mitopoyéticamente en el relato de la castración de Urano por parte de Crono (v.154ss).4​

Una variante de esta interpretación la da Olof Gigon. Indica que Hesíodo parte de la imagen del cosmos como cavidad formada por la bóveda el cielo y la tierra como suelo, y luego suprime mentalmente a ambos para llegar a un concepto como Caos. Es algo completamente indeterminado, lo que viene indicado por el hecho de que la palabra para designarlo es gramaticalmente neutra. Esto lo acerca al ἄπειρον (ápeiron, ‘lo indeterminado’) de Anaximandro. Para Gigon, bajo la faz de una divinidad cosmogónica semejante se esconde el concepto filosófico de un principio anterior a todo.



Las teogonías posteriores

La tradición órfica en sus fragmentos presenta un Huevo primordial, equiparado con el Caos de Hesíodo. Este Huevo no es lo primero que surge, sino que proviene de Chronos (Orphicorum fragmenta, 54-57).
Otra variante importante presenta Cayo Julio Higino en sus Fábulas. En el prólogo de dicha obra presenta una cosmogonía, donde pone a Caos como descendiente de la Oscuridad. Caos y la Oscuridad conciben luego a la Noche, el Día, el Érebo y el Éter.

En su obra Las metamorfosis, Ovidio describió al Caos como rudis indigestaque moles, «una masa bastante cruda e indigesta, un bulto sin vida, informe y sin bordes, de semillas discordantes y justamente llamada Caos», descripción que se aparta del más antiguo significado del elemento mítico (‘resquicio’ o ‘hueco’), pero que ha determinado la orientación de las interpretaciones en uso desde entonces, hasta llegar al actual concepción familiar de ‘completo desorden’.

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Cabe decir que en la literatura de horror el autor H. P. Lovecraft hace mención a una deidad, Azathoth que tiene similitudes con "Caos". Él propio lo describe como  "el primer motor del caos, la antítesis de la creación, el necio sultán de los demonios; el que roe, gime y babea en el centro del vacío final"

Es el caos creativo e infinito del universo y el supremo Dios Exterior. Él es el "uno por encima de todos" y el "alfa y omega"

Pese a no ser descrito nunca con exactitud, se deja entrever que Azathoth es una masa informe repleta de tentáculos que habita en el centro del caos primigenio, que en realidad no deja de ser una prolongación de su propio ser. Suele aparecer representado con innumerables fauces y ojos, mostrándose de esta manera como el más puro concepto de confusión y desorden estructural.



Fuentes: http://etimologias.dechile.net/?caos
https://es.wikipedia.org/wiki/Caos_(mitolog%C3%ADa)
http://es.hplovecraft.wikia.com/wiki/Azathoth

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