viernes, 27 de julio de 2012

Felicidad y tristeza...





Él estaba preparándose para la fiesta… Mirándose al espejo con un gesto de desaprobación, pensando en que no se veía bien. Mejor, mejor probaría con los jeans negros y la camisa verde oscura.

Mientras lo hacía, en automático pensaba en las cosas que podrían suceder...

Y se divertía escuchando a sus amigos pelear en broma por alguna estupidez. Se le recreaban los recuerdos que quedaban como fragmentos grabados y perdidos en la mente de “aquellas veces” y otras situaciones hipotéticas, pero aquellos recuerdos se les aparecían como sin saber por qué, no es que sabía que recordaba aquello, solo se le presento en aquel momento. Al igual que una radio que es sintonizada, la mente había encontrado algo entre el tráfico intenso, quizás fragmentos que jamás volverá a recordar.

La música por otra parte ayudaba para que la imaginación de él se centrara ahora en un espacio dispuesto para una pista de baila. El nunca bailaría, pero se apresuro a despejarse la imaginación que le demostraba los movimientos de ella.

Entonces siguió arreglándose en la parte del cuello con unas carcajadas que la música alta no lograba apagar. Un tanto gracias a la imaginación, otro tanto a sus expectativas.


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Ella estaba en su cuarto a oscuras, mientras el viento se filtraba por la ventana, lo que la hizo levantarse irritada de su cama para cerrarla.

Ese hecho la hizo mirar las nubes negras que avecinaban una tormenta.

Posteriormente dirigió su punto de interés a las calles donde vio un grupo de amigos pasear mientras jugaban y se divertían. Ella suspiro y fue a su cama a volver a llorar.


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Es extraño pensar como la felicidad de algunos viene de la tristeza de otros.

Dejar y ser dejado... tragar palabras o expulsarlas. Las decisiones afortunadas y las desafortunadas, las que son cumplidas, las que se quedan para ser acumulativas estallando luego en un estrepitoso reto..
 

La vida sigue para todos, y mientras pasa... de apoco llegan variaciones.  

Qué harás entonces?...

Te quedaras estancado? la expectativa no superará las situaciones? o te animaras a rebelarte de nuevo?

De a poco queda más el recuerdo y no tanto el sentir... tal vez de a poco puedas darte el lujo de reír como antes y de demostrarles a todos lo equivocados que estaban. Jamás sabrían hasta donde llegaste. Jamás se imaginarían lo que superaste, jamás te imaginarían de nuevo allí erguido como nuevo, aunque destrozado por dentro…

quizás algún día encuentres la razón que te reviva y te haga llegar a la cima del mundo…

Por el momento se aferra a su pecho como si algo dentro se desgarrara... Como si algo adentro estuviera mal, aunque no sabe bien lo que es.


Pero sabía que si tenía un poco de suerte para equilibrar sus suspiros, para rearmar su vida, si la vida le daba el lujo de no encontrarse caóticamente con la respuesta del suicidio las suficientes veces como para no volver a superarla, las veces suficientes para convencerlo…
entonces podría estar seguro de salir más fuerte..

Haremos historia.... mi historia...

martes, 17 de julio de 2012

Oh star...




Sentiste alguna vez tu vida consumirse con la mirada de alguien?
Sentiste alguna vez perder tus fuerzas mientras más invisible te hacías ante el mundo?

Hoy no es uno de esos días por los que uno se imaginaría paseando afuera...
No es uno de esos días donde miras por la ventana y el sol te ilumina el rostro radiante, mientras le regalas tu mejor sonrisa al cielo.

No es un buen día para recordar felices momentos...
Cada uno de ellos se queda juntando polvo, en el mismo lugar donde estuvieron tus mejores sentimientos…
El viento suspira sus nombres, el pasto aun tiene marcas de sus pasos, aun queda alguna partícula de tierra incorrupta al tacto ajeno…
Los árboles se quedan acumulando musgo en sus troncos y ramas, esos árboles que los vieron juntos, abrazados y tirados sin importarles que sus cabellos se enreden o ensucien tocando el suelo...
La soledad abraza el espacio, y quizás solo quizás, si te detienes un segundo allí, aun escuches el sonido de sus risas.


Pero las nubes son espesas hoy y ni un rayo de luz se abrió de ellas…
El frio empaña los vidrios y todo se siente tan perdido…
Tan cerca, pero tan distantes el uno del otro.


La vida pasa y él viendo…
las personas se mueven lentamente luchando contra el frio que les estruje los huesos, pero aun así parecen tan agitados, tan apresurados por llegar al trabajo.. Tan estancados como él, ellos en un mar de "quiero... quiero quiero..”  y él en uno lleno de … "la quiero, la quiero, la quiero.."


Empieza a respirar profundo a causa de su dolor... y con aquel movimiento en su sistema respiratorio, le pareció que conjuntamente las nubes se movían como si tuviera el poder de dispersarlas.
Apenas se distinguen pero creyó ver a un par de estrellas detrás, entonces se recordó como otras veces, intentando pedir un deseo.

Y al fin, sus ojos brillaban al son de los destellos de la estrella, parecía hipnotizado con el descubrimiento de un nuevo entendimiento. Tan instenso.


Hablar para no sentirse solo, pedir, anhelar... conversando con una estrella, como si la razón del cosmos estuviera dentro de ella...


“Me siento tan solo, y mientras te miro quiero tantas cosas...
Mientras te miro recuerdo a tantas personas…
Pero ninguna de ellas te mirará como lo hago yo, y ninguna de ellas pensará en mí como yo pienso en ellas...

Es que en este momento no creo en ningún Dios... pero claro que si, necesito el consuelo de una estrella.

Lo más seguro es que me olvide de esto, de mis juramentos hechos en contra de la vida atentando contra toda la felicidad y lo natural, seguramente olvide qué es lo que te pedí esta noche... pero espero que recuerdes mi deseo y que lo cumplas si es tu voluntad.
Quizás me mires tal vez solo por un rato, eso para mí es suficiente.
Pensar que nos encontramos… que de millones y millones de estrellas yo quise mirarte a ti, aunque otras parezcan más hermosas y brillantes, y tú de entre millones y millones de personas, me veas acá en la Tierra, aunque otras parezcan... más hermosas y más... brillantes. 


Oh star- Paramore -

Oh star fall down on me
Let me make a wish upon you
Hold on, let me think
Think of what I'm wishing for

Wait, don't go away.
Just not yet.
Cause I thought,
I had it.
But I forget.

And I won't let you fall away,
From me.
You will never fade.
And I won't let you fall away.
From me.
You will never fade away from me.

And now I let my dreams consume me,
And tell me what to think.
But hold on,
Hold on.
What am I dreaming?

Wait, don't go away.
Just not yet.
Cause I thought,
That I had it.
But I forget.

And I won't let you fall away,
From me.
You will never fade away.
I won't let you fall away.
You will never fade away.

And I won't let you fall away.
You will never fade away.
And I won't let you fall away from me,
You will never...

Oh star fall down on me.

domingo, 15 de julio de 2012

Perseguidor o perseguido? (Historia)...




Por alguna extraña razón, sentía la sensación de querer salir de allí, de escaparse de su casa, de realizar su "acción productiva del día", como quien se desespera y enloquece por el encierro. Aunque no era que lo obligaban a quedarse, de ninguna manera. No es que estaba inhibido en su libertad. Quizás si salía… pasara “algo” pensaba él... Algo que lo haga restablecerse como persona equilibrada.
A veces sonreía de lo estúpido que era pensar así, de esperar simplemente algo. Tener la esperanza.
Pero no es que él se haya quedado de brazos cruzados para luego esperar ese algo como un sinvergüenza. Ya había intentado bastante, hasta el hartazgo, hasta el cansancio.
Sin embargo, las ganas lo llevaron aun cansado.

Unos minutos más tarde, sin tanto planteo ni preparación, estaba tomando frio afuera, aguardando el colectivo para ir a su destino. La misma localidad de siempre a unos 15 o 20 minutos de viaje aproximadamente desde su propiedad.

Él, llegaría y entonces… y entonces…

Qué podría hacer?... se quedo meditando muy enfocadamente.
Visitar a sus amigas???

Consecutivamente se le aparecieron imágenes a su vista, como una puerta que se abre cuando estamos intrigados de saber lo que hay del otro lado.

Esto lo llevó a un camino de pensamiento donde no importa lo que hiciese, muy probablemente nadie vería su gesto como amable. Seguramente lo intentarían evadir con excusas. Luego resurgieron las preguntas meticulosas y sutiles de sus padres, o aquellas afirmaciones que quedan como espinas clavadas, de cualquier manera, dolorosas, muy dolorosas.

Pensó entonces en hacer alguna jugada arriesgada, divertirse con la presión y los nervios, pasar lo restringido, regresar a hacerle frente a sus fracasos. Pero se asusto del dolor.

Se fijo a sí mismo y.. y no tenía resto para nada, a caso ya no era suficiente?. No podía cometer otra estupidez. Bastante que tanto dolor sentía ya.

Entristecido por su situación, de sentirse limitado por todos y por todo, se dejo estar y descaso, no cerrando sus ojos, mas bien, apoyando su cabeza contra la ventanilla mientras veía al mundo.

Se bajo del colectivo y el frio lo apuñalo de nuevo. Unos segundo se quedo quieto, desarrollando alguna idea, gestando lo mejor que podía de sí, pero se freno, una y otra vez pasaba lo mismo, llegaría un punto donde cada uno de los pensamientos venía acompañado de espasmos de dolor.

No podía permitírselo, con un fuerte impulso que le hizo cerrar sus ojos movió sus piernas.

Entonces caminó, con paso firme y a una velocidad que parecían querer embestir sus más profundos miedos.

Después de un momento su paso se tranquilizo. La vista dio lugar a nuevas casas y lugares nunca antes conocidos.

El barrio era hermoso, con casas de sueño iluminados perfectamente como si la noche las hiciera más especiales. Y en muchas de aquellas viviendas se podría decir que él hubiese querido pasar el resto de su vida. Crecer felizmente junto a una buena mascota. Su fantasma se hizo presente, estaba en aquellos patios grandes delanteros antes de dar a las entradas, corriendo y jugando con un perro, pisando el pasto tan verde.

El frio que sentía se hizo mínimo dejándole de molestar.  Estaba más concentrado en los detalles que divisaba.

A las casas se le sumaron los árboles con diversas formas, y sus ramas dando a “un cielo más lindo a través de ellas”. Hasta que sintió como un aire de rareza, invisible, caía en el suelo, incluso cambiando el pasto verde que separaba la vereda y la calle.

Se dispuso a rellenarse con él, e inhaló como el mejor sorbo de agua cuando se tiene sed dejando posteriormente un suspiro que se materializo por el frio.

Unos metros más adelante pensó en girar en la siguiente esquina ya que alejarse tanto lo perdería. No era de buena memoria.

Dejó con su mirada aquella casa más vieja que las demás, aquella casa tan vieja que desentonaba en aquel lugar, entonces vio a aquella persona justo delante de él pero a unos metros. No pudo distinguir bien, pues solo llegó a notar como giraba justo en la misma esquina en la que él mismo se dispuso a doblar. Esto no le pareció nada extraño. Cuantas veces le habría pasado lo mismo? No podía contarlas con todos los dedos. Simplemente una persona que no había notado hasta estar más cerca se dejaba de ver por haber doblado en la esquina.

Si, le pareció algo más extraño cuando después de dos minutos fue por el mismo camino y consecutivamente no vió a nadie en toda la vereda. Pero nada del otro mundo, eso también le había pasado tantas veces. Era que solo la persona habría avanzado más rápido hasta perderse, o incluso cruzar del otro lado de la calle para girar nuevamente. Nunca nadie sabe, en todo caso podría haber ingresado a su casa, por qué no.

Entonces siguió tranquilamente a penas con un gesto de ceja levantada.

No fue entonces hasta la siguiente esquina donde volvió a ocurrir lo mismo. Distrayéndose con alguna hermosa casa había sacado su vista unos segundos para luego ver a una persona, hombre o mujer, no podría saberlo, pero con aquel saco negro y las manos en sus bolsillos. Se notaba por la posición característica de sus codos generalmente puestos así justamente para colocar las manos en los bolsillos.

En ese momento si le pareció extraño.

Para colmo poniendo atención a aquella figura mientras caminaba en automático, se dio cuenta que se había perdido de tanto doblar en las esquinas, como si sus piernas hubieran querido hacerlo.En un isntante para el otro se encontraba en el medio de un barrio, sin un minimo conocimiento de donde estaba el camino de regreso.

Lo que era aun más raro era que, no volvía a ocurrir aquel fenómeno hasta que no planeaba concretamente en que cuadra doblar, entonces no sabía cómo, pero de algún lado aquella figura reaparecía y giraba allí, donde él iba.

Esto le produjo una “contracción psicológica”, un terror de lo extraño del momento.

Parecía que estaba siendo perseguido por “alguien”, esa sensación era justo la que sentía en sus adentros. Sin embargo, si uno lo pensaba mejor, parecía él el que estaba persiguiendo a aquella “persona”.

Si era un fantasma… como podía perseguir a las personas haciendo que estas la persigan? Él, notaba lo extraño que era aquel planteamiento, era contradictorio, era ilógico.

Llego a detenerse asustado, agitado, intentando retener el aliento que se le iba.

No podía hacer otra cosa que seguir y volver a su casa.

Después de unos minutos con el corazón en la boca, esperando ver aquella figura nuevamente en cualquier momento, encontró el camino. Este le pareció conocido, era por el que había comenzado aquella mini aventura, solo debía seguir hasta la cuadra donde se elevaba el muro en la esquina, allí doblaría y llegaría a la bendita avenida. No sucedió más nada entonces. Antes de llegar a la avenida miró por sobre sus hombros extrañamente, intentando recobrar aquel sentido, fue su imaginación o fue real.

Había llegado a su casa y no pudo entender lo que había pasado, tal vez nunca lo haría.

viernes, 13 de julio de 2012

"Lo que vemos del mundo real no es el mundo desnudo sino un modelo del mundo, regulado por datos sensoriales, pero construído para ser útil para enfrentar el mundo real."

Richard Dawkins

viernes, 6 de julio de 2012

Historia de la niña




Ella era una niña, una linda niña de 7 años. A pesar de su corta edad podría decirse que era bastante inteligente en algunos aspectos, aunque claro está que, en esa etapa de la vida, es completamente razonable encontrarnos con que sean algo fastidiosos los niños cuando no obtiene lo que quieren.

Si bien la "normalidad" abrazaba la rutina de la familia, no podía decirse lo mismo de la niña. Al menos no desde cierto punto de vista particular…

"La edad de la imaginación" expresaban y justificaban los padres a cada

comportamiento, cada acción de las fantasías de ella.

Que tiene de anormal tener amigos imaginarios? cuidar bebes (muñecos de bebes), estar sola largo tiempo encerrada en la habitación cuando llovía tanto por esas fechas. Que tenía de anormal escucharla hablando sola, o a la hora de la comida quedarse viendo a un punto fijo distraídamente?.

Y es que la vida de la niña había comenzado de a poco a ser más y más solitaria. Los padres debían trabajar largas horas en casos de abogados, con lo que tenían  que asignarle la tarea de cuidado a una niñera sin vínculo aparente con la familia, quien no se molestaba tanto en darle todas las comodidades y atenciones (padres adinerados).


La niña tenía un mundo detrás, pueden quizás decir que lo entienden, sin embargo es algo muy olvidado ya por las personas más grandes, no es necesario mucho tiempo...

Todos contienen una historia, algunos mas dramáticas que otros, en

donde la inocencia fue arrebatada. Desde ese momento dejas de ver y sentir
algunas cosas, sin embargo, esto se lo atribuye a un conocimiento más “acorde” y cercano de la "realidad". La razón, la seriedad y la responsabilidad son parte del proceso de hacerse grande.


Así que... podría decirse que una energía extraña corría por su cuerpo de niña, deseando, anhelando, viviendo siempre con sensaciones extrañas y nuevas presentándoseles habitualmente. El mundo era un lugar tan desconocido, y cada objeto podía transformarse en lo que quisiera si no lo tenía, eso era tan mágico, tan especial que era placentero vivir en un cuento de hadas.

La asignación de valores, la desfiguración de las formas supuestas materiales.

Lo que un niño sabe es que no importa tanto lo de afuera... pero el grande pone límites a su mundo, tiene valores asignados preestablecidamente.


En un anochecer, los hechos se habían presentado normalmente en la casa de estilo victoriano de la calle Gorder de Murbreez, ciudad turística. Aunque dicha propiedad era una de las que estaba apartada de todo, justo donde comenzaba el bosque en uno de los extremos.


La niña después de un rico té fue a jugar con sus muñecos.

El cuarto lo esperaba siempre acomodadamente y con sus colores crema claro. La casita en miniatura en un rincón a la derecha, las muñecas de porcelana sentadas viendo en varias direcciones desde el mueble. Aquel mueble alto del que jamás llegaría hasta allí arriba, ni aunque utilizara una escalerita el doble de alto de lo que acostumbraba para tomar sus muñecas favoritas.

Ella se preguntaba entonces si se encontrarían bien en su eterno descanso

aquellas de arriba, si se divertirían viéndola. Era extraño pero tenía una sensación de conocer hasta su mas mínimo detalle, y la posición en la que siempre estaban, pero a la vez eran tan desconocidas. Nunca había compartido la comida, nunca se habían sentado con ella, nunca habían jugado juntas.

Un espejo colgado a un metro del suelo a la izquierda justo después de la cama. Estos dos con detalles en madera en el marco, y en las patas y respaldo de la cama respectivamente.

Tenía un buen espacio para jugar libremente en el suelo alfombrado, sin embargo las paredes estaban llenas de cosas, de todo tipo de decoración. Relojes (si, relojes), almohadas, muebles de diversas alturas, uno de ellos eran su encantador guardarropas, la silla mecedora en frente del ventanal, la mesita con las tacitas, y su cajón de juguetes.

Cuando uno es niño y le muestran por primera vez algo así, el niño piensa como si se estuviera tratando de un cofre de tesoros de los piratas, a partir de ese momento, siempre hay una alegría, una felicidad tan vivida, una

exaltación tan especial cada vez que sabe que tiene que ir a jugar con algo de allí adentro.

Cada cosa que haya guardada, que este contenido en él, tiene un valor especial, y aunque nunca vayan a jugar con algo, se molestarían demasiado si faltara dicho juguete. Podría  mencionarse un ejemplo cuando la madre casi tira el muñequito de trapo, con ojos de botones que le había hecho la abuela, estuvo días sin hablarle.


Después de unos 10 minutos de estar sentada con su vestidito blanco junto a
dos muñecas de porcelana, cerca de la casa en miniatura, ella noto que la lámpara de pie, adornada con un angelito de madera, estaba dada vuelta de manera que el angelito no la veía. Le pareció raro pues nunca había pasado eso. Se molesto con la niñera por haber entrado en su habitación, eso no era necesario. La madre se encargaba de acomodarla especialmente para ella desde que tenía memoria. Por ese motivo parecía contener una perspectiva protectora y detallista en exceso para con el cuarto al igual que su madre. La herencia no siempre esta exenta de esos comportamientos.


La noche se acerco más rápidamente de lo previsto. Le pareció que era tiempo de que sus padres llegaran, pero no lo hacían. Aunque no le molesto en lo absoluto ya que significaba un ratito más antes de irse a dormir.

La niña se empezó a extrañar, quizás sus padres tuvieron un retraso por algún motivo. Bajo las escaleras  pensando en preguntarle a la niñera si sabía algo. Se asomo a la cocina y no estaba. Para colmo ningún ruido había mas que sus pisadas.

Paso por los cuartos del pasillo y volvió sobre el que tenia la puerta entreabierta, ya que el efecto de entender que allí estaba fue retardado.

La niñera estaba sentada en un sillón, era el sillón del padre. Se encontraba viendo un libro grande del estante. Pero en plena oscuridad, solo la luz de la luna iluminaba, asomándose entre la única ventana con las cortinas danzando de forma fantasmal. Esta imagen, la niñera casi de espaldas leyendo un libro en plena oscuridad, le dio miedo y se dispuso no molestarla.

Subió a su cuarto entristecida.

No tenía mucho que hacer, por suerte no tenía hambre. Lo que más quería era que la madre le leyera un cuento y descansar pensando en él, ya estaba cansada.

Una rama choco contra la ventana lo que la sacó de su ensueño. Pero luego se dio cuenta de que aquel ruido no era producto de una rama. Una sombra apareció en la ventana sorprendiéndola y se desplazo hasta adentro hasta quedar frente a ella a unos metros.

Al parecer era una persona ya que se distinguía la forma humana,

estaba parado de manera totalmente erguida y rígida con las manos pegadas al cuerpo, a no ser que no tenga manos. "Un hombre" pensó la niña al divisar su cabeza sin cabellos largos, como acostumbraban las mujeres.

-Hola que quieres?-

(las gotas de la lluvia fueron el único ruido que se escucho)

-Ya sé- prosiguió la niña...

-Quieres jugar- y una sonrisa inocente se le dibujo en su cara.

Entonces fue corriendo a su cajón de juguetes y tomo a Rissy, el muñequito de trapo con ojos de botones y una feliz sonrisa cocida. Se asomo a la figura y se lo extendió con sus manitos para que lo tomara, mientras la expectación de que aceptara la desbordaba.

Pero la invitación no pareció satisfacer a aquel hombre, entonces volvió al cajón pensando en qué era lo que podría gustarle.

Después de unos intentos en vano, el hombre tenía alrededor de 56 muñecos y muñecas tirados a sus pies. Todos ofrecidos tan insistentemente como el primero.

Al ver que no quería jugar le dijo...


-Bueno al menos siéntate, podemos conversar y hacernos amigos- la voz aguda hacia contraste con la escena.

Agarro a Mely, la ubico en el suelo, y acerco la silla detrás de aquella sombra para que se sentara...

Ella por su parte también se sento en una, esta vez muy cerca.

Entonces la figura se sentó tranquilamente después de ella...


-Bueno quien sos? Yo soy Camy- Su nombre fue la palabra que más se enfatizo, el tono de su voz era totalmente despreocupado, cálido y con diversión.

Al ver que no respondía examino aquella figura más detenidamente.

-Perdón, veo que eres nena. Apenas vi tu vestido (la sombra parecía ser procedente de una mujer que sostenía firmemente con sus manos los pliegues de un vestido), solo que… las nenas tiene pelo largo… Por qué no tenés pelo?- Expuso curiosamente

-te paso algo?-

-Sos tímida, no te preocupes, yo también lo soy.- Su gesto corporal acompaño claramente lo dicho, viendo levemente hacia abajo, encogiendo sus hombros y balanceando sus pies. -Pero tenía tantas ganas de

conocer a alguien con quien jugar. Quizás si nos hacemos amiguitas puedas venir cada día a mi casa a jugar-

-Por qué tenes los dedos así, taan largos?- La figura coloco sus manos sobre las rodillas.

-Y esas uñas son raras... mi mamá las tiene largas, pero no tanto como las tuyas, ni tan dobladas-

El silencio pareció extenderse por un momento.

-Oh perdón, no te invite nada, ahí te traigo el té-

Corrió la mesita hasta los pies de la sombra, se escucho un mínimo arrastre y le mostro por largos segundos una tacita vacía que recogió del suelo.

La sombra inclino hacia un costado su cabeza, en lo que pareció un gesto de asombro, y tomo la tacita, la cual se acercaba de vez en cuando en donde sea que este su boca.

La niña se puso feliz porque le haya aceptado algo.

Aguanto, pero no pudo dejar de interrumpirla en sus sorbos.

-Debe sentirse sola… como yo, por eso vino-

Cuando dijo esto la sombra dejo caer la tacita de plástico que hizo ruido.

La casa estaba tan silenciosa que hasta el sonido más leve parecía un ruido.

Un exhalo se le escapo a Camy

-Perdón dije algo malo no?- Se puso nerviosa.



La puerta de la entrada hizo el sonido característico..

-Son mis padres-

-Vete antes de que te vean, me van a retar.. puedes venir todos los días-



La figura se levanto y fue hasta la ventana.

-Tene cuidado no te vayas a caer, es muy alto- le aconsejo

Miro fijamente adoptando posiciones extrañas a la sombra, mientras se escurría por la ventana.

Giro por sobre sus hombros y su madre estaba entrando al cuarto.

-Pero Camy... por qué tenés la ventana abierta?-
Su madre cerro la ventana, consecutivamente le llevo a dormir.

Al día siguiente Camy espero la hora de la llegada ansiosa.
Pero nadie llego.

La noche recién comenzaba y ya era muy larga. Le contaron una historia y la acostaron.
Antes de apagar la luz del velador junto a su cama de princesita, no evito echar un quejido viendo hacia la ventana.

Cuando aparto su vista resignada, diviso como dicen, por el rabillo del ojo, aquellas manos largas y con uñas dobladas detrás de las cortinas. Entonces sonrió alegre y apago la luz.