lunes, 19 de marzo de 2012

Cuando las luces se van...

Nunca me pude imaginar
sentir otra vez... de una manera tan viva...
recordando nostalgias del pasado,

más ensimismado tras cada paso...
solo me salio decir..
que antes, cuando era chico...
siempre era una aventura cuando se apagaban las luces...

y lo dije asomando una sonrisa en mis labios, que tal vez no descubriste...
pero que si pudo notarse un énfasis en la potencia de mi voz, 
como cuando alguien expresa algo que lo esta desbordando..
como si el aire que te sirve para producir las palabras, no aguantan hasta salir.

Quería revivir un poco de aquella emoción,
de aquel misterio que recorría mis venas,
de la oscuridad demostrándome lo oculto del mundo,

como si una vez apagadas las luces,
los árboles abrieran sus ojos y se movieran,
como si las penumbras descubrieran el verdadero brillo
el que solo puede quedar y persistir...
como si las nubes percibieran el fenómeno
y los objetos inanimados se volvieran animados...

por primera vez me sentía en un lugar mas seguro
fuera de las miradas ajenas...
y de hecho así lo sentí y lo hice, yendo con vos de la mano por las calles
envueltas en tinieblas..
no podría explicarte, como es que cambió el aire que nos rodeaba..
o que veía las cosas de una manera mas hermosa y extraña..
o que de repente la magia fluía a través del tiempo, de los segundos..
a través de las venas invisibles del supuesto vacío...
la energía crispando con un estruendoso silencio,

las palabras, el silencio, caminar, sentir... pensar, observar, observarte, concebir una persona estando acompañándome, tomar posisión en un lugar mas extraño que conocido, sentirme perdido en lo referente a la ubición.. todo eso, se volvía una armonía en mis oídos, en mi tacto, en mis ojos, en mi gusto, en todo mi cuerpo..

cada árbol que cruzábamos, cada minúsculo insecto observándonos o escondiendose, parecían estar conspirando de alguna manera...
aquella noche, cuando las luces se apagaron y nosotros caminábamos.

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