A veces tenía esa sensación como si regresara después de mucho tiempo a un lugar escondido. Las decoraciones están polvorientas, las paredes llenas de telarañas y el aire de antes se respira con un aroma a nostalgia, vertiéndose en los adentros como un remolino hasta ser expulsado por un nuevo suspiro.
La mano al tacto de las superficies dañadas acaricia las heridas dejadas mientras se pintan los colores tras su trayecto, desprendiendo luces y destellos encontrados por su nueva mirada. Como si un boceto en blanco y negro se llenara de vida, pero solo tras las cortinas de un pensamiento que no es cierto.
Los vidrios rotos reflejan la quietud y el silencio. A pesar de su estado siguen siendo lo suficientemente herméticos para alejar miradas ajenas.
Quién quisiera aun observar la triste morada mal hecha, que ya no sirve, que nadie quisiera...
Luego de un recorrido lento recobro mi espíritu forzándome a estar mas entero, levantando mi porte marchito, vuelvo a los profundos exteriores tras arboles inmensos poblando las tierras de sueños. Yo soy un tronco mas pero aun me siento hueco.
"si estas triste.... acércate al hueco de un árbol y susúrrale tu secreto"
"los aranara que viven en el bosque acuden a los huecos de los arboles para escuchar pacientemente todo lo que tengan que contar"
"a lo mejor hay un aranara en el hueco de algun arbol esperando poder escucharte"