lunes, 25 de agosto de 2014

Un poco más...

Por qué hoy es tan extraño...
Por qué siento que no puedo respirar...
Hay poco aire...
Esta noche la oscuridad es sofocante, y el silencio aturde...
No veo mi ventana sin embargo la imagino como si fuera una mirada hacia la angustia... 
Donde los recuerdos son el viento que arrastran las hojas por el pavimento de las calles desoladas...
pero sé que ... aunque parezca que no hay nada más ahí adelante,
en realidad es solo una visión que se esparcirá y se diluirá
cuando contenga de nuevo aquella consciencia...
espero entonces que esa consciencia despierte pronto...
y que me consuma un poco más, que sea suficiente para lograr
llegar al momento donde nuevamente pueda recargarme...


Aveces esa nada, ese vacío que esta "afuera" de mi casa, se trasforma en una bestia hambrienta. En un colosal ser abstracto con conciencia propia. Ahí aparece el verdadero miedo a lo desconocido. En realidad no es "afuera", ya estoy en él atrapado incluso en mi propio hogar, la sorpresa me aterra. La desesperanza comienza a invadir todas las partes, sin embargo siempre habría estado allí. Solo que no lo lograba entender. 
Las cosas extrañas son como fragmentos corruptos... dañan la mente. Esta ultima intenta deliberadamente, desesperadamente encontrarle una forma con que reconocerla, con que tener un mínimo punto de referencia. El nivel de fluctuación de la información atrofia el cerebro entonces, y los lapsos en donde se traba ese transporte, en donde se conectan los nodos, aparecen escenas e imágenes que cuentan una secuencia de terror. Esa es la verdadera cara del miedo.

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