lunes, 1 de septiembre de 2014

Transmutación, transición, incondicional...




De repente empiezo a pensar, que tras tantos problemas en realidad hay un armado minucioso y exhaustivo de mí mismo para lastimarme, inconscientemente.
No hay por qué sentirse tan mal... 
Me vienen esas ganas de dejar las quejas... 
Todo podría ir mejor, yo podría ser alguien.
Siento que puede cambiar... y la felicidad está a un paso o más cerca de lo que creí jamás... No estoy seguro... pero... y si es así? y si lo es?
Quiero hacer algo al respecto...decirle algo...
No entiendo por qué mi boca se mantiene tan cerrada?
No es ese el problema sin embargo, ni la falta de ánimo que marca mi humor.
Yo podría querer hasta siempre...
Pero el querer se trasforma en un valor sensible...
Lo que uno quiere es de una gran importancia siempre, está implícito...
Aunque qué es lo que pasa cuando no es lo mismo para la persona a quien va dirigido?...
ese valor se desmotiva, enferma, se transfigura... se topa con la interrogante de si es incondicional... 
A caso la persona "viva" no "muere" si no lo es?
La persona "muerta" puede "vivir" solo si así lo es? En resumidas cuentas...
Se puede vivir sabiendo que no es mutuo? se puede olvidar? se puede superar? cómo es la vida entonces si se comienza a digerir esas nociones? 
y si se puede superar en que casos específicos? 

Aveces del resultado salen cosas espantosas, otras...
otras acaban siendo estados inestables de transiciones sucesivas...
hay algo allí que se rescate? o todo es confuso como si los valores se aniquilaran?
hay una voluntad que gana entre ellas? algo que sea claro y llegue a la superficie?
No es una consecuencia obligada... es decir, no por querer a alguien eso signifique que te van a querer.
Dónde esta la fuerza que le da vida a ese hecho? dónde reside la energía impulsadora? 
... se quedará sin combustible?
Lo único que sabemos a veces es que... todo arde, tal como si el combustible fuera infinito y nada de ese dolor parecería tener final...

Se revolcará en la basura de sus deshechos hasta estar tendido allí sin nada... 
Hasta que aquello, aquello extraño que te hace abrir los ojos sorprendido... 
vuelva a comenzar...
Sera cuestión entonces no de mantenerse como pensamos, sino de dejar las cosas libres, ser lo que deben ser.

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