Las emociones son cortas y tienen una función adaptativa: el miedo para la protección, la tristeza para la reintegración, el asco para el rechazo, la alegría para la afiliación, la ira para la autodefensa y la sorpresa para la exploración.
Una vez cumplida esa función, la emoción debería agotarse, pero en el esfuerzo de suprimirla, se mantiene la excitación de las áreas del cerebro implicadas en la experiencia.
La tristeza aparece ante la percepción de una pérdida.
De ella derivan otras emociones secundarias como la soledad, el pesimismo, la decepción o la culpa.
Su función es la reintegración personal, nos motiva pedir ayuda reconstruyendo nuestros recursos.
El miedo aparece ante situaciones o estímulos de carácter amenazante. Esa amenaza puede ser real o imaginaria.
De esta emoción surgen los estados de inseguridad, la ansiedad o la incertidumbre.
Su función es protegernos tanto física como psicológicamente y está programado para:
- Huir
- Mantenernos inmóviles
- Activa nuestra vigilancia, incrementa la precaución, genera inquietud y hace que nos protejamos.
La alegría aparece cuando logramos algo que deseamos.
Genera seguridad, sensación de bienestar y nos lleva a reproducir esos comportamientos o acciones que nos hacen sentir bien.
Su función es la de afiliación ya que mejora los lazos sociales, permite la solución de problemas, la curiosidad…
La sorpresa se genera a partir de la aparición de un estímulo inesperado.
Genera sobresalto, desconcierto o asombro.
Es la emoción más breve en su duración.
Su función es de exploración para orientarnos a afrontar la situación nueva,
La ira aparece cuando percibimos que algo que queremos o deseamos no sale como esperábamos o cuando percibimos que alguien interfiere intencionadamente en la consecución de nuestros objetivos.
Se relaciona con la rabia, el enfado o la frustración.
Su función es de autoprotección.
- aumentando nuestra energía para la acción y genera reacciones de autodefensa o de ataque.
- Puede ir dirigida hacia otras personas o hacia uno mismo.
El asco aparece ante estímulos que nos resultan aversivos.
La función del asco es el rechazo, hace que nos alejemos de aquello que puede resultar nocivo para nosotros: enfermedades, basura, etc.
Ninguna emoción es positiva o negativa por sí misma, pues en principio aparecen para generar una reacción adecuada ante la situación que afrontamos.
Sin embargo, esa función primitiva o instintiva que tienen las emociones, puede verse afectada por las variables personales de cada uno de nosotros en función a las creencias, expectativas, aprendizajes o formas en las que procesamos la información que nos rodea.
art : yuumei
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