La existencia de esta flor es un misterio. Aunque es idéntica a las flores de cerezo comunes y corrientes y, igual que cualquier objeto normal, puedes guardarla en tu inventario, no podrás tocarla otra vez ni sentir su peso y calidez. Cuando un objeto carece de las características a las que los humanos estamos acostumbrados, ¿Cómo puede uno demostrar su existencia?
Al rememorar las muchas imágenes que viste antes de conseguir esta flor, un pensamiento te invade la mente: el poder que permite que esta flor de cerezo permanezca en el mundo procede de la voluntad de una persona. Ahora bien, ¿Quién es esa persona? ¿Hace las cosas consciente o inconscientemente? Es algo imposible de saber con certeza. Por otro lado, ¿esa voluntad se debe a la nostalgia, a la confianza o a la gratitud? Tampoco hay manera de responder a eso...
Tal vez esta flor de cerezo desaparezca cuando la voluntad de esa persona cambie, pero, aun así, no te cuesta nada comprobar de vez en cuando que la flor siga ahí.
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