Tus pensamientos están lejos,
así que seré breve.
No vuelvas a casa, Vesemir,
si es que eso es para ti.
Ojalá hayas encontrado bondad y consuelo en este mundo,
y ojalá el mundo sea amable contigo
pero, sobre todo justo.
En cuento a mí, me reclamó una familia noble de Kaedwen.
Son amos más amables.
Me dejan pintar, y me enseñaron
a leer y escribir algunas palabras.
Me alimento bien y estoy en paz.
Poco extraño nuestro pueblo quemado,
y nuestras guerras de nieve
y postres en callejones
son recuerdos pesados
que guardaré en lo hondo de mi corazón.
Busca tu renacimiento Vesemir.
Libérate de angustias y heridas pasadas.
Y si...
libérate de mí.
Es mejor así.
Vive y ama bien.
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Perdón por querer ser bueno en otra cosa que no sea servir.
Oh ya veo...
Te imaginas con armadura de batalla, espadas de acero y plata
salvando al continente de kikimoras, demonios y hechiceros locos.
El mal temblaría.
Una armadura elegante, por cierto.
Imagínala como gustes.
La gente como nosotros solo sobrevive por soñar con otra vida.
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