Hay noches mas tranquilas, como esta.
Los gritos de las perdidas aun llegan desde todas las direcciones.
Pero la luna inmensa me hace perderme en su figura.
Y me hace pensar en el lugar que ocupo. Mas que imaginarme alla afuera, entre mares de distancia.
Me retrotraigo en un intento de entendimiento, donde me hago mas pequeño frente a un universo inmenso.
Pero qué soy yo?
La mirada perdida que se refleja? la nimiedad ubicándose en la infinidad? el infinito disociando?
El punto de partida?
Tantas cosas he vivido que ya no tengo idea... no tengo idea de cómo he podido llegar aquí.
Me vuelvo un extraño para mi mismo. Que se asombra y se aterra en la misma medida. Que se hace consciente de tantas cosas pero que aun es tan inconsciente de todo lo que experimenta.
La música mece la quietud de las hojas una vez mas desparramadas en el suelo.
Aquellas hojas que alguna vez vimos apretadas en nuestras manos.
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