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Caí...
Como quien se despierta de un sueño,
sentí un golpe, similar a si alguien te arrojara desde unos metros por encima del suelo. "Eres real nuevamente, tu alma retorno a tu cuerpo, lo sientes…"
...
Te despiertas como si lo hicieran con un balde de agua fría.
La luz solo cubría tu sector circundante, un muy pequeño espacio…
De repente allí tirado, casi abandonado, tu expreción facial y corporal eran de desolación, de cuando la inocensia te hace tan vulnerable. Al rededor... millas y millas de oscuridad. Pareciese que un mundo desconocido te esperaba para devorarte en las esquinas de las tinieblas...
Un mundo en el cual mientras caminabas la "niebla" se dispersaba un poco.
Cuando de repente descubres que ya no estabas sobre cualquier superficie, sino que era un camino, y comienzas a seguirlo.
Siempre te asombraba como el fenómeno se producía, mientras cada paso se adelantaba el "humo" se hacía invisible como si de un campo de fuerza se tratase, al caminar el campo visual trabajaba de alguna manera conjunta con aquella "densidad" que se diluía, se desvanecía...
Habrán sido unos minutos largos, quizás la extrañeza de todo te hacía parecer cada segundo el triple de lo que realmente era...
Pero caminando un gran trecho entre aquel abismo comensaste a escuchar un tintineo.
....
Al principio no pude explicarme de donde provenía, pero de a poco supe que era un sonido muy conocido.
Era lluvia, una leve lluvia que aumentaba su "densidad"...
unas líneas difusas caían con una sensación a tranquilidad aunque su velocidad no era del todo reducida.
Ahí caí en la cuenta de que el lugar me llamo poderosamente la atención, y tanto era así que no me di cuenta que estaba con mi ropa ya algo humeda.
Ahí caí en la cuenta de que el lugar me llamo poderosamente la atención, y tanto era así que no me di cuenta que estaba con mi ropa ya algo humeda.
Fue completamente extraño ese momento...
“lloviendo en la oscuridad”.
Me deje inundar por la armonía de las gotas chocando contra el suelo...
y la bruma formada por millones de partículas del agua que se levantaban desde este, a una altura considerable obstruyendo la visión.
Hipnotizado solo avanzaba tras mis pasos, con el aire fresco llenando mis pulmones.
En aquel espacio, parecería que detrás de aquellas malsanas paredes de densa oscuridad se encontrara un callejón sin salida. Lo que parecía lejos en realidad se hacía cerca, oprimiendo mi cuerpo en cierto sentido. Sin embargo... a pesar de esa sensación primera, se desprendía otra que incidía junto con aquel aire limpio... "el espacio es abierto, incluso más de lo que parece"
Desperté al fin en un nuevo día... las horas pasaban, la cotidianeidad me atrapaba, paseaba con mis amigos, volvía a mi casa a horas de la noche, más tarde me dirigía a comprar cosas en el almacen, la tele me aburría con sus intentos de bromas faciles una tarde solitaria. No se cuánto paso, nada que decir, nada que mencionar, nada que te haga sentir algo más... "Nada digno de escribir en la siguiente página".
Pero en un momento algo se salió de su sitio, como si algo no estaría bien, como si algo se saliera del plan de repente, como si la energía se incrementara significativamente, y algo no trabajara como lo había hecho siempre hasta ese momento, “tal vez, la maquinaria del universo”. Algo me hacía pensar como mil relojes comenzaban a volverse locos o quizás la idea contraria, que los mismos se frenaban con sus agujas heridas. Algo me hacia pensar en que una nueva dimensión se abría. La idea de que un agujero o un portal invisible se expandia en algun sitio fuera de este sitio.
y volvía a caer allí, en el camino, y la oscuridad rodeando...
Me aventure a ir mas allá que la primera vez, donde las sombras se movían bajo una luz tenue, donde la energía era más densa y el aire ya no era limpio. Probablemente esta vez tenga el tiempo, quizás "el ensueño me deje".
Ahí encontré un muñeco pequeño tirado con una posición de extremidades descolocadas.
Lo tome y me recordó mi infancia. Había tenido otros juguetes muy diferentes, pero algo se despertó en mí, como si una sensación vieja fuese a renacer crepitando como las cenizas de un fuego en mi pansa, subiendo en su hebullición hasta la cabeza pasando por el pecho.
El momento estaba ahí a tan solo unos centímetros, tan cerca. Yo de pequeño jugando con un muñeco rojo, lo estaba haciendo volar como se podría pensar de un superhéroe, solo que no lo era.
Cuando me dí cuenta y volví en mí, me miraba una cara sonriente, los cabellos revueltos que parecian paja, secos, como si alguien lo hubiera quemado.
Aparte mi vista pues me dispuse a hacer algo más, y divise a unos pocos metros una casa. Era una de esas que me gustaban, con detalles minuciosos, con un estilo victoriano, ventanales misteriosos detrás de unas cortinas elegantes, era simplemente un estilo victoriano y algo gótico pero solo que adaptado a mí. Era esa casa en la que siempre habría querido vivir, pero porque me esperaba allí. ??
algo me decía en mi pecho que fuese hasta allá, sin embargo no era necesario. Era evidente que "el lugar" quería que lo hiciera.
Antes de entrar por el portón de la rejas y estatuas inquietantes y negras, aparecía un farol iluminando débilmente la entrada por sobre mi cabeza, no sé porque tuve la impresión de que debía de mirar hacia otro lado antes de cruzar. Hacia mi derecha había un banco, y una sombra humana de pelo largo estaba sentada. Se mecía suavemente como si de esa forma estaría tranquilo o tranquila, sea lo que sea, adaptaba ese movimiento continuo para estar en un estado armonioso... peroooo....
Por qué yo sabía eso? Mas a lo lejos un reloj antiguo gigante redecoraba el fondo enterrado un poco sobre la superficie.
Me senté con la figura, estábamos muy cerca pero no me digne a ver directamente a sus ojos, sabía que no valía la pena, sabía que algo no me dejaría saber quién era... debíamos hablar pensé... cómo era, no es algo que importaba...
La conversación empezó con...
"te sientes algo extraño de estar aquí no?"
y yo asomando una mueca de sonrisa algo nerviosa le dije…
“claro que si…”y proseguí..
"debo encontrar algo no?"
De alguna manera estábamos conscientes de los conocimientos del otro... estábamos hablando allí como si una presencia gigantesca detrás de toda esa oscuridad nos estuviera observando y escuchando y esperara algo, el momento justo para atacar. Así nos manejábamos, con frases incompletas que el otro sabia decodificar, teníamos una verdadera complicidad digna de ser admirada, “hablando en secreto”
sin que nos importara que alguien nos escuchara ya que nuestro lenguaje era reconocido solo por el otro. Es cuando sientes que dos personas están seguras de algo y que no se subestiman en lo absoluto. Además la emoción y extrañeza de no saber quién es aquel o aquella o aquello, me estrujaba mis adentros con una fuerza implacable…
Divagamos sobre las abstracciones, los traumas, la existencia, los sentidos...
sentía que cada vez que me hablaba podía dejar una semilla de duda en mí. Era un momento agradable.
Sera una parte de “mi oscuridad" ?
Me levante después de un momento, donde esta vez, pase unos segundos con mi mirada por sobre aquella figura extraña. Era como si fuese un maniquí negro o marrón bien oscuro, la piel no era de plástico pero tenía una textura muy extraña y sucia, como si se tratase de trapos de cuero. Al igual que un maniquí no tiene tantos detalles en el rostro, no pude ver su boca, y seguramente no tenía unos ojos, solo estaba allí la forma de su cara, con un pelo totalmente desprolijo como si de un loco se tratase, decoraba su forma final. Parecía estar contenido en un chaleco de fuerza porque los codos se colocaban de cierta manera.
Bien, en el acto seguido después de unos metros, dando un paso en dirección a la casa, un viento extraño se deslizo por el suelo... acariciando mis cabellos, en ese suelo anormal y liso se arrastraba una hoja de otoño que rozo mi pantalón. Luego cuando ya no se movía mas el viento, un aroma me introdujo en un flashback. Ese aroma podría haber estado dirigido justo a mi nariz.
Por qué? Por qué? este no es momento para recordarme a ella...
que quieres? me queje hacia la nada… hablándole al vacio, o tal vez solo para satisfacer una desconocida necesidad.
Traspasé el portal de las rejas, subí unas pequeñas escaleras mas alargadas que altas y moví el picaporte ovalado de la puerta. Esperaba encontrarme con alguien... pues sabía que desde el principio al caer en ese lugar nunca estuve solo...
Era una hermosa casa, los muebles se alargaban y terminaban en patas hermosamente diseñadas. Un reloj hacia un pequeño tic tac.
Libros, mas libros, unas mesillas por aquí, un florero por allá, sillas, lámparas de pie, una alfombra exquisita.. todo bañado en una luz tenue. La casa era completamente acogedora, me sentía especialmente a gusto.
Subí directamente las escaleras que me llamaban fuertemente, pase algunas puertas tras un pasillo, hasta llegar a una puerta al parecer mucho mas añejada y sucia de polvo, estaba entreabierta, yo solo le di un pequeño empujón. No hizo chirrido pensé.
Un cuarto se descubría ante mí, la elegancia de una cama de dos plazas con una cortina propia, aparentemente desarmada por lo que pude ver, “alguien está viviendo allí?”.
Una taza de café vacía en la mesita de al lado. En uno de los estantes del mueble entre un adorno de angelito y un pequeño cofre había una lupa. La tome y una luz chispa se desprendió en el contacto. De nuevo una sensación me invadía y yo aguataba, como asfixiándome, era tanto que me desbordaba, salía de mi pecho, y la posición de mi cuerpo parecía similar a la que adopta el mismo cuando se encontraba en una mañana tirado en el pasto bajo el sol intentando llenarse del aire fresco teniendo el pecho hinchado.
Era la sensación del misterio.
Salí de esa habitación y mis pasos resonaron de nuevo por los tablones del pasillo. Llegue al final donde desembocaba en dos cuartos enfrentados yo entre al que estaba sobre mi izquierda.
Esculturas de madera oscura quemada me esperaban del otro lado, estaban perfectamente representadas, eran mujeres. Algunas poseían rostros muy tristes y sus ojos lo expresaban profundamente, otras tenían una hermosa sonrisa juntos con ojos seguros y que me reflejaban un gesto de gloria, me recordaba a esas esculturas griegas de mármol, con ojos sin iris aunque aun así completamente decorando un rostro para hacerlo más bello, aunque de alguna forma cada una, tristes o alegres, agradable o desagradable, cautivaba a su manera. Me acerque particularmente a la que estaba en el centro del cuarto con un tamaño más grande seguramente por tener más importancia. Al principio algo me suscito una sensación mas extraña que en las otras, luego con la lupa ví en sus labios. De alguna manera estaba representado que tenía los labios cocidos.
Algunas esculturas estaban atadas de formas diversas, de pies y manos, otras solo manos, tanto como si estuvieran esposadas por delante y otras por detrás.
Algunas tenían una soga por sobre su cuello y la soga terminaba en una fijación en el techo.
Otra particularidad es que todas ellas, estaban desnudas, algunas solo tenían un pequeño trozo de tela que las cubría en ciertos sectores, representado de manera brillante por el artista que les dio el detalle de los pliegues.
Esas estatuas de madera, eran muy perturbadoras por todo lo que transmitían, mucho de eso por culpa de unos ojos que traspasaban las paredes en un horizonte lejano, o se hundían en el suelo, o te miraban directamente. A demás sus posiciones a veces eran algo inquietantes también, ya sea porque alguna te señalaba de forma sobrante, acusándote con un dedo y su rostro estaba levemente levantado como un gesto de altanería, otras se encontraban de espaldas a uno, en una eterna penitencia. Una se tomaba con fuerza la cabeza, y otra se cubría el rostro con una mano. De entre todas algunas estaban sentadas en algo, y las demás simplemente erguidas. Recuerdo también que cierta escultura estaba encerrada por una cerca de alambres de púas muy reducida en tamaño. En otro ejemplo se sentaba en lo que era un árbol y en su hombro se posaba un pájaro.
Salí de aquel cuarto antes que alguna de ellas se moviera, "eran tan reales". Salí, y supe que había llegado al final de mi viaje. La puerta del frente tenía un numero.. era el 3..
Por qué?
abrí con miedo y la puerta hizo un chirrido.. vi las paredes forradas de imágenes y fotos... todas las fotos pertenecían a una chica muy bonita que reconocí al instante pero que no quería hacerlo, cada imagen era un impacto hacia mí. En algunas fotos podría adivinar que la chica había sonreído pero unas líneas cubrían su boca, alguien tachó con un marcador negro con agresividad y enojo.
En otras solo sus ojos estaban tachados…
En una esquina, sobre un bloque de madera como un pequeño altar, había una figura humana grisácea y delgada, era pelada, esta vez parecía un hombre, más que nada uno podía darse cuenta por los pechos. Sin embargo no era nada vivo, aquello había sido hecho con algún material extraño que se agrietaba con el tiempo. (“Realmente no estaba vivo?”) Le chorreaba una tinta negra por la boca y los ojos, estaba agachado y sus muñecas sujetadas a unas cadenas sobra la pared. Por su espalda sobresalían unas agujas largas, como las que se husan para tejer, también en otros sectores se las veía, por ejemplo en su cabeza y algunas más que particularmente se acumulaban en el vacio de sus ojos. El gesto de su cuerpo expresaba dolor, mucho dolor. En un instante, en lo que puede tardar un parpadeo de la luz de un rayo me pareció que aquella cara me sonreía macabramente, pero aquellos labios horribles, aquella vision de pesadilla se diluyo en el intante posterior cuando el relampago dejo su luminosidad extinguiendose.
En el centro del cuarto una tumba...
“Acá yace ......”
La noche había cedido... la comodidad de las sabanas de mi cama me acariciaban..
mis ojos entrecerrados desprendían un gesto de devoción por alguna razón..la luz hermosa se filtraba por las ranuras de la persiana..
cerré mis manos y mis ojos con fuerza... que hacía?????!!
estaba intentando regresar...
Choque contra algo... estaba de nuevo allí, en la oscuridad bajo un árbol esta vez, y de una rama ondulada salía un farol...
la lluvia comenzó nuevamente y el sonido se acentuó en mis oídos.
La lluvia caía y yo no pude evitar reírme nerviosamente temblando, agazapado, abrazándome... la luna parecía asomarse en el cielo por lo que parecían nubes...
Estoy aquí, mi nuevo lugar, he llegado a casa...