lunes, 3 de junio de 2013

For you...




Me agarro una necesidad inentendible de decir unas pocas cosas que seguramente quedarán como algo más simple de lo que en realidad son.

A veces… los días se me hacen difíciles ¿sabías?

 Se hacen ordinarios y por primera vez podría decir que se hacen aburridos, pesados, “fríos”, tristes…

No estoy seguro de por qué comienza a resultarme así. Si supiera el momento exacto en el que me está sucediendo intentaría alejarlo con mi mayor esfuerzo. Sin embargo aun así sería desperdiciar energía. Porque llega con un fuerza inquebrantable e implacable.

Los días se me complican… como si algo que haya pasado me diera la pauta de que nada va a ser lo mismo y jamás podría hacer algo para cambiarlo.

 Cuando estoy pasando por esos días llega un momento en donde ya hice, digamos, las “responsabilidades correspondientes” y miro la pantalla de la computadora confundido, sin saber qué hacer. Ando perdido sintiéndome asustado por notar todo de esa forma, tan superficial y vacía. “Pero que estoy haciendo? Tal vez deba distraerme”… La televisión me muestra a unos hombres que dicen palabras y palabras y palabras.

Vos me sacas “un poco bastante” de eso. Es cuando puedo ver en vos a una persona que le importo. A alguien completamente diferente a los demás. Tenía muchas ganas de mencionarlo.

Que me escribas me supone algo muy interesante y divertido.

Que lastima no poder expresarlo como me gustaría.


En ocasiones… siento que mi familia esta rara, (en realidad no es solo mi familia, es que al estar acá es lo único que percibo) todos en la suya como en modo automático… no te paso…? sentir que estás viviendo en un mundo desinteresado? No de esa forma en que podemos verlo todos los días, no… sino de esa forma cruel que incomoda el lugar en el que estamos parados, dejando un nudo en la garganta… hasta el punto de desesperarnos.

Mi casa se vuelve insoportable, con un aire presionándome constantemente.

Todo es así de melancólico y gris mientras miro pasar el tiempo imparable.

No es que piense que pierdo aquel tiempo o que todo sea triste y siempre sea así. Son momentos. Momentos en los que pienso más sobre lo externo.

Y mis ideas se escapan y vuelcan por alguna ventana adaptando su forma a la de la noche con el viento helado moviendo el pasto crecido de la vereda o siendo una tarde deprimida en la que personas vuelven de su trabajo o de estudiar. De miradas pensativas o vacías en el colectivo. O de risas inconscientes de un grupo de amigos… inconscientes de un posible futuro.

Lo cierto es que quizás esa visión sea parcial y ni de lejos cerca a lo que debería ser o completa.

Es todo eso lo que vos borras muchas veces haciéndome reír, contándome tus cosas, sean las que sean.

Borrar… esos malos ánimos que me intimidan, dejándome tan vulnerable.

Es difícil entender del todo la cotidianidad. Por un lado nos pone en una posición segura, guiada, clara, prolija, ordenada. Pero por otro lado, contrariamente, nos va perdiendo poco a poco. De ahí, la creatividad y la capacidad de cada uno para variar o trasformar aquellas ocasiones cuando estamos nostálgicos, por supuesto también con la “suerte” de ser ayudado por el transcurso impredecible de las situaciones. Yo últimamente perdí esa capacidad, y la suerte no está siempre de mi lado, bueno eso es algo difícil de generalizar puesto que tiene tantos puntos de vista distintos.

Por esto puedo decir que realmente me ayudas.

 Que locura lo cotidiano, reflexionar que por un lado a veces todo nos puede parecer igual, más de lo mismo, pero ni aun así podríamos estar seguros cuando algo cambiará. Ese es el terror con el que contamos, o la última esperanza.

No puedo dejar de pensar entonces en lo diferente que era antes, no solo yo, sino absolutamente todo.


De a poco fui dándome cuenta que mi imaginación comenzaba a ser el componente, la parte y el jugador principal de mi defensa hacia aquella visión negativa y triste de las cosas, donde todos se mueven fríos y ajenos.

Imaginar hipotéticas situaciones, hasta imposibles. Recordar la sensación del aire cuando caminaba junto con “alguien” tal si un nuevo ingrediente se revolviera en él. Nunca sentiste el aire que te rodea diferente?... raro? Emocionante? Único? Especial? Mágico?...

Imaginar… ayudado por estampas conocidas o inventadas de nuestro agrado, casas, árboles, personas, pasto, caminos, y no solo imagines también aromas, sensaciones inclusive sabores sin saberlo, vuelven a mí y dejan de ser algo estrictamente sensorial. Un recorrido de imágenes fugaces y fulminantes cargadas con algo, tranquilizándome. Casi aleatorias.

Sos una de las chicas más importantes que conozco. No lo dudes. Ahora lo entiendo; cada mínimo gesto era un intento de agradecerte sin siquiera llegar a estar a la altura. Agradecerte por eso que me haces sentir cuando me cuesta seguir por esa percepción rara que me asfixia.

Claro que volví a “ese lugar” aunque no estés. Me resguarde en él, lloré y reí en secreto tantas veces allí. Digamos que ese tipo de ambientes siempre fueron de mi estilo, sobre todo particularmente aquel que me enseñaste y me hiciste descubrir. Es imposible no querer eso. Me enseñaste a amarlo, aprender eso fue natural y fácil.

Se me complica a veces dejar de poner mi completa atención en vos. Te quiero. No necesito que me quieras para hacerlo.

Muchas veces en las que ni se te ocurre siquiera pensarlo hay alguien del otro lado aun ahí… si tan solo supieras que el aun cree en vos…

Cuando dice que “cree en vos” no significa volver a un pasado, o pretender algún cambio. Se refiere  a que cree en vos como persona. De que por más lejos que estén sabrás que nunca va a olvidarse de vos… y ese secreto es el que piensa, pueden mantener con una confianza ciega.

Sos inteligente y más de lo que ingenuamente pretendía que fueras.

Me siento un tonto intentando cubrir tantas palabras que vos interpretabas si bien no exactas pero si fieles a su cometido.

Me imagine con una máscara de coraje, con una máscara que suponía real pero que era invisible. Quería tener una capa una pared aunque sea mínima de “solidez” ALEJANDOME un poco del fracaso cercano, de la vergüenza reflejada en cada esquina. Pretendía en cierto sentido pasar desapercibido y que nadie me viera así. Ni vos ni ellos. Alejándome… como un niño que se ayuda con la fina tela de la sabana frente a una presencia desconocida y abstracta en la noche.  
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario