Me agarro una
necesidad inentendible de decir unas pocas cosas que seguramente quedarán como
algo más simple de lo que en realidad son.
A veces… los
días se me hacen difíciles ¿sabías?
Se hacen ordinarios y por primera vez podría
decir que se hacen aburridos, pesados, “fríos”, tristes…
No estoy
seguro de por qué comienza a resultarme así. Si supiera el momento exacto en el
que me está sucediendo intentaría alejarlo con mi mayor esfuerzo. Sin embargo
aun así sería desperdiciar energía. Porque llega con un fuerza inquebrantable e
implacable.
Los días se me
complican… como si algo que haya pasado me diera la pauta de que nada va a ser
lo mismo y jamás podría hacer algo para cambiarlo.
Cuando estoy pasando por esos días llega un
momento en donde ya hice, digamos, las “responsabilidades correspondientes” y
miro la pantalla de la computadora confundido, sin saber qué hacer. Ando
perdido sintiéndome asustado por notar todo de esa forma, tan superficial y
vacía. “Pero que estoy haciendo? Tal vez deba distraerme”… La televisión me
muestra a unos hombres que dicen palabras y palabras y palabras.
Vos me sacas “un
poco bastante” de eso. Es cuando puedo ver en vos a una persona que le importo.
A alguien completamente diferente a los demás. Tenía muchas ganas de
mencionarlo.
Que me
escribas me supone algo muy interesante y divertido.
Que lastima no
poder expresarlo como me gustaría.
En ocasiones…
siento que mi familia esta rara, (en realidad no es solo mi familia, es que al
estar acá es lo único que percibo) todos en la suya como en modo automático… no
te paso…? sentir que estás viviendo en un mundo desinteresado? No de esa forma
en que podemos verlo todos los días, no… sino de esa forma cruel que incomoda
el lugar en el que estamos parados, dejando un nudo en la garganta… hasta el
punto de desesperarnos.
Mi casa se
vuelve insoportable, con un aire presionándome constantemente.
Todo es así de
melancólico y gris mientras miro pasar el tiempo imparable.
No es que
piense que pierdo aquel tiempo o que todo sea triste y siempre sea así. Son
momentos. Momentos en los que pienso más sobre lo externo.
Y mis ideas
se escapan y vuelcan por alguna
ventana adaptando su forma a la de la noche con el viento helado moviendo el
pasto crecido de la vereda o siendo una tarde deprimida en la que personas
vuelven de su trabajo o de estudiar. De miradas pensativas o vacías en el
colectivo. O de risas inconscientes de un grupo de amigos… inconscientes de un
posible futuro.
Lo cierto es
que quizás esa visión sea parcial y ni de lejos cerca a lo que debería ser o
completa.
Es todo eso lo
que vos borras muchas veces haciéndome reír, contándome tus cosas, sean las que
sean.
Borrar… esos
malos ánimos que me intimidan, dejándome tan vulnerable.
Es difícil
entender del todo la cotidianidad. Por un lado nos pone en una posición segura,
guiada, clara, prolija, ordenada. Pero por otro lado, contrariamente, nos va perdiendo
poco a poco. De ahí, la creatividad y la capacidad de cada uno para variar
o trasformar aquellas ocasiones cuando estamos nostálgicos, por supuesto también
con la “suerte” de ser ayudado por el transcurso impredecible de las
situaciones. Yo últimamente perdí esa capacidad, y la suerte no está siempre de
mi lado, bueno eso es algo difícil de generalizar puesto que tiene tantos
puntos de vista distintos.
Por esto puedo
decir que realmente me ayudas.
Que locura lo cotidiano, reflexionar que por
un lado a veces todo nos puede parecer igual, más de lo mismo, pero ni aun así podríamos
estar seguros cuando algo cambiará. Ese es el terror con el que contamos, o la última
esperanza.
No puedo dejar
de pensar entonces en lo diferente que era antes, no solo yo, sino
absolutamente todo.
De a poco fui dándome
cuenta que mi imaginación comenzaba a ser el componente, la parte y el jugador
principal de mi defensa hacia aquella visión negativa y triste de las cosas,
donde todos se mueven fríos y ajenos.
Imaginar hipotéticas
situaciones, hasta imposibles. Recordar la sensación del aire cuando caminaba
junto con “alguien” tal si un nuevo ingrediente se revolviera en él. Nunca
sentiste el aire que te rodea diferente?... raro? Emocionante? Único? Especial?
Mágico?...
Imaginar…
ayudado por estampas conocidas o inventadas de nuestro agrado, casas, árboles,
personas, pasto, caminos, y no solo imagines también aromas, sensaciones
inclusive sabores sin saberlo, vuelven a mí y dejan de ser algo estrictamente
sensorial. Un recorrido de imágenes fugaces y fulminantes cargadas con algo,
tranquilizándome. Casi aleatorias.
Sos una de las
chicas más importantes que conozco. No lo dudes. Ahora lo entiendo; cada mínimo
gesto era un intento de agradecerte sin siquiera llegar a estar a la altura.
Agradecerte por eso que me haces sentir cuando me cuesta seguir por esa percepción
rara que me asfixia.
Claro que
volví a “ese lugar” aunque no estés. Me resguarde en él, lloré y reí en secreto
tantas veces allí. Digamos que ese tipo de ambientes siempre fueron de mi
estilo, sobre todo particularmente aquel que me enseñaste y me hiciste
descubrir. Es imposible no querer eso. Me enseñaste a amarlo, aprender eso fue
natural y fácil.
Se me complica
a veces dejar de poner mi completa atención en vos. Te quiero. No necesito que
me quieras para hacerlo.
Muchas veces
en las que ni se te ocurre siquiera pensarlo hay alguien del otro lado aun ahí…
si tan solo supieras que el aun cree en vos…
Cuando dice
que “cree en vos” no significa volver a un pasado, o pretender algún cambio. Se
refiere a que cree en vos como persona.
De que por más lejos que estén sabrás que nunca va a olvidarse de vos… y ese
secreto es el que piensa, pueden mantener con una confianza ciega.
Sos
inteligente y más de lo que ingenuamente pretendía que fueras.
Me siento un
tonto intentando cubrir tantas palabras que vos interpretabas si bien no
exactas pero si fieles a su cometido.
Me imagine con
una máscara de coraje, con una máscara que suponía real pero que era invisible.
Quería tener una capa una pared aunque sea mínima de “solidez” ALEJANDOME un
poco del fracaso cercano, de la vergüenza reflejada en cada esquina. Pretendía
en cierto sentido pasar desapercibido y que nadie me viera así. Ni vos ni
ellos. Alejándome… como un niño que se ayuda con la fina tela de la sabana
frente a una presencia desconocida y abstracta en la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario