miércoles, 17 de abril de 2013

Como llegué aquí?...






qué paso con la vida? qué paso con las emociones?

Ahora cada vez me conformo con menos. Cuando era más joven veía a algunos adultos tan amargados... no los comprendía. Ahora entiendo... la vida nos endurece, nos exprime hasta secarnos, dejando unos ojos distintos.

 

Antes era uno de los “mellis” de quien solían hablar unas chicas a la hora del recreo en su colegio. De quien se esperaba mucho, y en el que muchas personas adjudicaban su respeto. Aquel que tenía futuro… pero sobre todo aquel que aun no teniéndolo podía soñar con una fuerza sin igual…



Ahora quién soy?...

Lo curioso era que aquel chico que alguna vez estuvo atento en la escuela, o desinteresado de la materia, tal vez estando inconsciente de lo que venía, pensando en tantas otras cosas que no tocaban

las puertas del infierno, riendo por una broma de algún compañero o

desarrollando una idea fuera de aquellas paredes, mirando por la ventana, ahora jamás detendría las imágenes que se le venían a la cabeza. La tragedia nos trasciende, nos antecede a pesar de que la formación nos haga buenas o malas personas.

El esfuerzo solo a veces no es suficiente. Si no viene con resultados, pronto se determina que fue un total fracaso.

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