martes, 21 de mayo de 2013

Dejarlo o no dejarlo estar... esa es la cuestión


“Me rindo Jer...
(...)
no puedo. No puedo hacer esto. No puedo...
No puedo seguir adelante, y no quiero.
Si eso me hace ser débil, entonces está bien, soy débil.
Pero no puedo soportar...
No puedo soportar que te hayas ido...
Y no puedo soportar sentir esto nunca más.”
 
 
 

Parte del guión de Elena Gilbert, un personaje en la serie The Vampire Diaries.

Creo que pocos como ella podrían darle tanta emoción y realismo a esa escena.

Donde su dolor parece sentido.

No quiero tampoco dejar de lado a otros tantos actores geniales. Solo quería hacer alusión a esta escena ya que creo que expresa exactamente lo que a veces las personas sentimos y no sabemos explicar. Donde parece que jamás saldremos de nuestro infierno.

Cabe aclarar que se trata sobre algo trágico, sobre una muerte. Aunque PARTE de ese "NO PUEDO", "SOY DEBIL", " NO SENTIR ESO NUNCA MAS" aparecen en otros momentos.

Algunos, como ella tienen la suerte que la situación se revierte... y todo comienza a ir mejor. Aquel terror que hubo no es que desaparece para siempre, pero el alivio llega a lo más profundo de su dolor, notando que las cosas son diferentes. Otros... bueno... no hay palabras que hagan justicia para decir al respecto...

Esa razón de completa perdición inunda completamente a quien lo padece. Tanto que asegura su condena por el resto de su vida...

La idea, aquello que vislumbra la persona, va más allá de cualquier cosa simple... y supera con creces cualquier angustia anterior...

Es no haber un lugar en el mundo donde se pueda estar un mínimo mejor que como está ahora tu mente y tu cuerpo... no hay un lugar porque todo es incomodidad...

Incomodidad quemándote por dentro y por fuera...

Cómo soportar un dolor que nunca encuentra su punto culmine, sino que sigue y aumenta su umbral de intensidad...?

Es impresionante como se genera este carácter psicológico y si se permite… espiritual en las personas...

Lo que es literalmente una persona en pedazos... sin siquiera aparentarlo por fuera...

Nada que mil gritos puedan apagar... nada que se pueda hacer más que el inocente intento por aguantar... no como algo que queremos, sino más como un impulso involuntario...

 

No se trata de simple obsesión y encaprichamiento con la cuestión o problema. Se me hace que el problema hace un vínculo estrecho al punto de formar en parte a la persona.

El problema es dependiente de la persona y viceversa (en el sentido que necesita solucionarlo para ser. De forma que antecede cualquier otra cuestión. Y donde la solución en ninguna medida podrá ser dejarlo estar. Porque no es algo que sea posible. No cabe en el mundo)

La desorientación es tal que es imposible no verse abrumado.

No me malinterpreten, no se trata de cuestiones engrosadas al punto de la demencia, se trata de una persona a la que incluso le cuesta mantenerse sobre sus propios pies.  Donde la estructura base esta desecha y un virus contamina cada cosa buena que pudiera albergar los pensamientos o que pueda brindarte un mínimo de impulso.

Es impresionante como una persona se transforma en tu razón de vivir.

Y a veces es tan difícil de que los demás lo entiendan que debes atravesarlo únicamente de forma personal. En cierto sentido siempre estaremos solos.

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