El vivía de una forma simple... y armoniosamente feliz.
Se había resguardado en una casita pequeña de papel, una casita pequeña de papel de PALABRAS.
Estaba hermosamente recreada, y cada palabra era corta y contenía significados alegres:
Diversión, felicidad, juguetes, amor, familia, amigos, escuela, recreo, fantasía, imaginación, relajación, disfrutar, soñar, inocencia...
y muchas más..
Luego la casa de papel se incendio por alguna extraña razón... dejándola devastada. Sin embargo pocas palabras sobrevivieron con él adentro.
Otras palabras salieron del fuego, palabras más potentes, más trágicas, más profundas... más tristes, más complejas.
Y ya dejaban un sentido individual, para empezar a formar frases, incluso guardando relación con todas las otras palabras que componían la casa.
El cambio de ambientación, la remodelación, hizo que la casa se volviera un poco más grande, pero también insegura, laberíntica, algo más compleja en todo su sentido. Aunque… ya no era tan
agradable vivir allí.Sin embargo, él se fue recomponiendo, fue tomando lo mejor de aquello, intentando revivir algunas cosas de lo viejo.. y formó una gran casa con su resistido esfuerzo. Ya no tan bonita y alegre, pero si más profunda y tranquila.
Los valores allí adentro eran totalmente distintos.
Las paredes se forraban de papeles blancos y oscuros en un mix de lo que jamás fue tocado y aquello que se quemo.
Palabras incompletas, palabras desalentadoras.. pero que en su cercanía contaba con aquellas palabras que decían lo contrario, para hacer una estructura más balanceada y que ninguna palabra pesada derrumbe la casa.
La casa blanca se convirtió en algo mas lúgubre, más vieja, y rasgada...
Si, era solida, pero también era insegura en sus adentro, y tenía goteras en su tejado. Tenía huecos por donde aquel liquido, aquel fluido podía ingresar.
Las palabras más oscuras vivían consigo, palabras reveladoras que jamás comprendió antes. Palabras de poder, palabras místicas y llenas de magia antigua.
Estaba destinado a perderse y a volverse a encontrar para lo que
estaba a punto de pasar...
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Hubo un día en donde su casa fue su pesadilla. Él se despertó viendo
la misma palabra que lo seguía.
Las paredes estaban manchadas de un solo
nombre, un nombre que se repetía interminablemente, retorcidamente. El hueco más pequeño estaba decorado de aquellas letras, que formaban el nombre.
Luego de aquel día, que pareció miles de días, él se durmió y se
levanto más tranquilo, la palabra ya no estaba esparcida componiendo
toda la casa, pero si se reubicaba en una pared especial, siendo algo
parecido a lo que en una decoración sería un cuadro de algún paisaje o
algún retrato.. El nombre simplemente estaba allí, y nada más que
allí, nunca se borraría jamás, nunca el olvidaría esa palabra... nunca
en su vida.. pero supo que aunque él no lo haría, aquella palabra,
aquel nombre si se olvidaría de él, aunque este en frente.
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