Y vi sus impactantes y profundos ojos... como si la potencia de un eclipse total de sol se estuviera desplegando en cada uno de ellos.
De hecho, literalmente sus ojos parecían dos eclipses perfectos en los que uno podría ahondar por milenios.
El universo se sentía como algo vivo cuando se los apreciaba, o como una fuerza tan impresionante que resultaba fácil perderse en el delirio.
Me mantenía hipnótico degustando su exquisitez. Incluso en cada trazado de su cara, en su superficie suave y en su cálida sonrisa. Todo aportaba para apreciar aquella estampa, aquel paisaje de ensueño que era ella.
Por qué esos ojos parecían ser tan intensos?!! si supiera que mi vida se iba en aquel suspiro que intentaba alcanzar sus secretos...
Por qué me miraban así, con aquella apertura inquietante... tal si estuvieran sorprendidos. Pero no lo estaban, yo no era nadie para que alguien se sorprenda de mí.
Por el contrario a lo pensado, aun en mi patético estado inmóvil, ella parecía estar disfrutándolo.
No sería el único que haya pasado por esa situación seguramente. Debía estar muy acostumbrada a divisar estúpidos embobados.
Quedaba claro en el aire, en el sabor movido por el viento nocturno... no seria la última víctima.
Se acerca precavidamente. Luego los segundos se frenaron.
Sentía que robaba mi respiración con su boca entreabierta tan solo a pocos centímetros.
La tensión subía. Iba a despedazarme.
Sin embargo acerca sus labios a mis oídos y me dice...
"No tengas miedo."
"No tengas miedo."
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